Es inevitable no tararear o al menos cantar un poco de "Presente", la canción de Vox Dei. Al final de una etapa tan importante, como el fin de cursado de una carrera universitaria, es muy común sentir que la nostalgia se adueña de uno y los recuerdos afloran: el día de la inscripción, allá en un noviembre caluroso y húmedo; la llegada a Córdoba, la docta; la búsqueda de alojamiento; los nervios, la ansiedad y la lenta despedida de tus afectos, tus raíces, tu amor de secundaria. Se cierra una etapa adolescente. El llanto por lo nuevo, aquello que todavía tenemos que descubrir y que genera expectativas indescriptibles, irrumpe y, sin querer queriendo, vamos cortando el cordón umbilical. Los nuevos amigos, los profes, los compañeros, los nuevos amores se van convirtiendo en nuestros héroes y antihéroes, actores de la nueva tragicomedia que nos transforma en narradores protagonistas de una nueva aventura. En esta aventura, ya se terminaron los parciales, los recuperatorios, la ansiedad, el llanto, las risas, las tardes de mates y "estudio", los reniegos y esa interminable lista de sensaciones que acompaña a un estudiante de la universidad. Empieza a apoderarse de uno ese escalofrío propio de los últimos exámenes finales y el de la "hueviada" inminente. Ahora, todo eso que nos causaba pavor en aquellos años se vuelven anécdotas y experiencias gratificantes de las que salimos airosos y no tanto. Ahora, hay nuevos personajes que serán el centro de nuestras aventuras y de nuestras peripecias. Dentro de unos meses, se termina un largo y dificultoso viaje; pero también comienza uno en el que afrontare nuevos desafíos, nuevos obstáculos y nuevas gratificaciones. Lo bueno de todo esto, es que no estoy sola. He cosechado amigos muy valiosos que oficiaron de compañeros de ruta y de hermanos que la vida me regaló. Por todo esto, no me queda más que agradecer por habérmelos cruzado y por tener la dicha de poder conservarlos; y si tengo la posibilidad de elegir en otra vida, no dudaría en volver a ser traductora.
En este blog, me propongo a compartir con ustedes curiosidades, experiencias, anécdotas y esos pequeños detalles que nos hacen un profesional capaz de resolver esos fragmentos difíciles o esos acertijos a los que nos enfrentamos a menudo. También espero sus sugerencias y sus experiencias, la idea es compartir y brindar una mano. Espero de corazón que este espacio les guste y se sientan cómodos. ¡Su participación es bienvenida!
Ro